
El texto explora la obra arquitectónica de Agustín María Restrepo Posada, un autodidacta constructor de edificios en Medellín entre finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, cuya labor ha sido olvidada y sus obras, en gran parte, demolidas. Destaca su diseño de "Los Chalets" en la calle Ayacucho, un conjunto residencial influenciado por arquitecturas anglo-antillanas, y otras construcciones como el colegio Sagrado Corazón en Miraflores y reformas en templos y monumentos. Aunque habilitado como constructor por la Ley 94 de 1937, Restrepo tuvo que recurrir a arquitectos titulados para firmar sus proyectos, lo que generó disputas sobre la autoría de algunas obras. Su legado, ignorado por las entidades patrimoniales, refleja la contribución de arquitectos empíricos en la transformación estética y material de Medellín, ahora en riesgo de desaparecer por la presión inmobiliaria y la indiferencia institucional.